En este post quiero contarles nuestra experiencia emigrando en el medio de la pandemia.
Como nosotros viajamos en Octubre del 2020, y los vuelos domésticos todavía no estaban habilitados (y no había colectivos de larga distancia ni ningún otro medio de transporte), tuvimos que trasladarnos por tierra desde Córdoba a Buenos Aires.
Viajamos el lunes 19-10 de Córdoba a Buenos Aires en una empresa llamada Travel Line, hicimos noche en Buenos Aires y al día siguiente esa misma empresa nos buscó en nuestro departamento y nos llevó hasta Ezeiza. Súper recomendable.
Viajamos en un vuelo de Lufthansa de Buenos Aires a Frankfurt, porque me habían recomendado el trato que suelen tener con todos los animales que viajan con ellos. No van en la bodega con las valijas, sino que van en una bodega especial despresurizada y climatizada especialmente para mascotas y animales.
Antes de comprar el pasaje, me aseguré que en el vuelo hubiera lugar para viajar con Ben. Como Ben es un perro grande, si o si tenía que viajar en cabina, por lo que tuvimos que comprar un canil. Tengo recomendaciones sobre cómo elegir un canil, el canil que yo elegí y como entrenar a tu perro para que se acostumbre al canil.
Cuando llegue a Ezeiza lo primero que hice fue ir hasta el SENASA a que revisen mis papeles y me dieron un certificado sellado, pero no tuve que pagar nada más. Tengo otro post explicando los trámites obligatorios y papeles que presenté en el SENASA.
Como estaba sola y viajaba cargada (el canil, Ben, y las valijas) solicité en el ingreso del aeropuerto si me podían brindar un servicio de concierge (es una persona que te acompaña y te ayuda con las valijas), es gratis y a mi me ayudo un montón porque podía ir con Ben con la correa y el señor me acompañaba llevando el carrito del canil y las valijas.
Después fui con Ben al mostrador de Lufthansa e hice todos sus papeles y como todavía había tiempo me dijeron que me acerque al mostrador un ratito antes de embarcar para despacharlo.
Mientras tanto me fui afuera, que hay una sección en Ezeiza con pasto, donde Ben pudo hacer pis y caminar antes de que lo despache. Una vez que estuvo todo listo, volví al mostrador, pasaron el canil por el escaner y me hicieron meter a Ben en el canil. Él se quedó super piola. Yo casi lloro.
Cuando subí al avión me aseguré con las azafatas de que Ben haya subido, y cuando aterrizamos él ya me estaba esperando en el sector del equipaje grande. Nadie me pidió ningún papel en Alemania. Simplemente lo retiré y me fui. Super recomiendo Lufthansa, porque Ben no parecía estresado ni triste ni nada.
En el canil había puesto un pañal para perros pegado con cinta doble fas a la base, que viene bien por si hacen pis o caca. Es importante elegir un buen canil, y seguir las normas de la IATA para hacerlo.
Les cuento los requisitos para viajar con perros, que seguro los van a ayudar.
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¿Nadie le escaneó el microchip?
En Argentina si! En Alemania no